Un encanto particular tiene la harina tostada, cuando se muele el trigo caliente, recién dorado. Un olor cálido y acogedor brota del molinillo mientras gira la manivela. Desde la tostaduría el aroma invade toda la cuadra, y si se muele en la piedra, debajo de la ramada, hasta la casa llega el olorcito a tostado.
No solo Harina tostada, si no que tambien Café, y granos en general.
Bien se merece hablar de ella  por su importancia alimentaria en nuestro pasado reciente. Hoy está venida a menos, desplazada por las triunfantes bebidas de fantasía, los alimentos modernos balanceados para niños y los gustos reformados de asadores y parrilleros.
Antes de que el trigo se difundiera en América, la harina tostada se hacía de maíz, siendo desplazado de esta función cuando el trigo hizo su aparición. 
De gran aceptación popular y en especial por los mapuches, ha sido utilizada en guisos, postres y bebidas, preparándola dulce o salada, caliente o fría, clarita, espesa o seca.
Se llama “chupilca” al vino con harina, mientras que a la chicha con harina se le llama “pihuelo” cuando se le ha agregado aguardiente, mientras que el “ulpo”, de origen quéchua, desplazó al término “murqueco”.El "ulpo",preparado con agua caliente o leche y azúcar  ha sido hasta hace poco la base de la alimentación infantil, particularmente en las zonas rurales.También , debido a la gran cantidad de fibra presente , la harina tostada contribuye a la buena digestión y fluidez del tracto intestinal.